La Convención sobre los derechos del niño nos dice que la educación debe estar encaminada a desarrollar la personalidad, las aptitudes, la capacidad metal y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades y esto no es posible si su bienestar psicosocial está en riesgo. Una buena salud mental facilita el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social desde la primera infancia y esto solo es posible si prestamos atención a todos los indicadores del desarrollo. (UNICEF)